Tres años en un Tren
- Kevin Garcia
- 23 abr. 2020
- 2 Min. de lectura
Mis noches de soledad se convirtieron en un momento en mis mejores compañías, que el aquel joven acostumbraba a los mensajes nocturnos especiales, pero de nuevo el universo sorprende, comienza a conspirar en la ideas de mis silencio eterno y nace el viaje al tren de media noche hacia el destino de mi próxima aventura rumbo a la ciudad de mis sueños rotos que desde hace 3 años no imagine que regresaría.
En el centro de ese mediodía cálido y a la vez tan fresco mi piel sentía esos recuerdos nuevamente lo cuales formaron parte de mis mejores años de tanto crecimiento, en mi pensar infinito a tantas emociones, apareces tú en las escaleras de la melancolía con una diminuta sonrisa que no solía recordar ya hace tiempo, sorprendido de verte solo caminó lentamente a abrazar lo que un día anhelé con mucho desvelo y conversaciones graciosas, al pasar los minutos me sentía en la comodidad de la fluidez de tus labios argumentando lo que ha sucedido en tu vida los últimos meses, tratando de comprender por todos tus sacrificios y malas experiencias ocurridas.
Han pasado tres años que me perdí en ese tren para perseguir los carriles de esa cita que soñe en algún momento, en especial durantes tus grandes evoluciones con tus auriculares puesto tratando de motivar tus noches de turno, pero de esta gran parada que realizamos no logre perder la dirección de mi vista hacia tus ojos fijamente en no soltar las emociones que estábamos compartiendo, cada historia que intercambiamos, cada conclusión, e inclusive la mejor metáfora que algo tan simple convirtiera mi perspectiva en algo más allá de lo que he estado viviendo.
Fue el mejor banquete en tan poco tiempo las almas danzaban en conocimiento, en amor, en belleza, en ilusiones, en promesas, solo puedo decir que valió la pena no esperar impacientemente todo este tiempo, porque el encuentro no hubiese encontrado la perfección del ritmo de nuestra filosofía viajera al nuevo mundo que nos enfrentamos, solo espero que el siguiente tren que abordemos a nuestro nuevos destinos, se vuelvan a cruzar, no en tres años, ni en días , si no lo suficiente para volver a escribir las emociones que nos han despertado a ti y a mí a las nuevas escrituras del nuevo ciclo.
E.S

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